Historia
Alcaraz hunde sus raíces históricas muchos miles de años atrás. Sus condiciones geográficas hicieron de esta rica comarca un lugar idóneo para el desarrollo de diversas sociedades desde tiempos prehistóricos.
Varias han sido las civilizaciones que han ejercido influencia a lo largo de la historia en la localidad.
Su origen es muy antiguo, se conservan restos de pinturas rupestres levantinas en algunos abrigos de la zona denominada “Los Batanes”, dentro de la microreserva de la Piedra de la Molata, a tres kilómetros de la población. Otras muestras de estas civilizaciones son el asentamiento ibérico del Cerro del Santo y una necrópolis celtíbera ubicada al sudeste de la ciudad.
De la época romana se encuentran mosaicos, restos de alguna calzada y sobre todo tres puentes: El del Canto, el de las Tablas, en el río Guadalmena y el de Cortes, en el cruce de la carretera Nal. 322 con el acceso al Santuario, este puente tiene dos ojos descubiertos y algunas de sus piedras tienen dibujos solares de procedencia íbera. Importante es la ubicación de la localidad, tal como se refleja en el plano de cabecera de esta pagina.
Alcaraz, era denominada en tiempos del rey Teodormiro “Castaón. Existe en el Museo Arqueológico Nacional una jarra visigoda en el lugar conocido como “El Santo”. La ciudad llegó a ser sede de un arzobispado.
Al-Karraz, (“El cerezo”), se convierte en uno de los principales enclaves de la zona en la época musulmana, momentos antes de la Reconquista. Los árabes toman esta ciudad en el año 712. A los musulmanes se les atribuye la construcción de los muros del castillo, muros que no solo controlaban el camino de Aníbal, que discurre por gran parte de nuestra comarca, sino un territorio dependiente de las abandonadas Mentesa, posiblemente ubicada entre Alcaraz y Povedilla, y Libisosa.
Los cristianos, en su avance hacia el sur-este peninsular, conquistaron la localidad de Alcaraz. El rey Alfonso VIII de Castilla fue el conquistador de la localidad en el año 1213, que tras un largo asedio consiguió que Alcaraz se convirtiera en la puerta de Castilla hacia el reino de Murcia, Granada y el Mediterráneo.
Inmediatamente después se iniciaba la organización concejil, con un fuero propio, muy a propósito para la labor repobladora de una zona fronteriza, cabeza de un amplio alfoz que se extendía por toda la zona occidental de la actual provincia de Albacete.
Por aquel entonces la Orden de San Juan tomó posesión del montecillo de Cortes, muy cerca de Alcaraz, donde después ocurriría el famoso milagro de la aparición de la Patrona de la ciudad.
Hacia 1239, coincidiendo con el descubrimiento de esculturas ibéricas o romanas en la cercanía de la población, en el lugar ocupado por el Alcaraz viejo, el concejo solicitó al arzobispo de Toledo licencia para edificar una casa de merced, cuyos muros aún se conservan. En 1243 se firmó el Pacto de Alcaraz entre el niño Alfonso de Castilla -futuro Alfonso X- y Ibn Hud cabeza de la Taifa de Murcia dejando los territorios del mencionado reino entre los cuales se estaban los del gobernador de Lorca o Crevillente, pasando a manos del reino de Castilla.
Las ruinas del castillo que coronan el cerro fueron testigos en 1265 del tratado de Alcaraz firmado por Alfonso X de Castilla y Jaime I de Aragón para repartirse los territorios ganados a los musulmanes.
En esta época se propició una próspera ganadería que sirvió de sustento a la población, (sus ganaderos recibirán en octubre de 1266, un privilegio real que autorizaba y reglamentaba la celebración de tres mestas al año en los Horcajos del Guadalmena) así como una importante industria alfombrera, que ya venia de su época musulmana. Orfebrería y la construcción de carros y galeras fueron otras industrias en las que destaco la localidad.
Alcaraz logró el título de ciudad en el siglo XV, concretamente en 1.428 de manos del rey Juan II, siendo antes un realengo con voto en Cortes. Al final de la Edad Media, comienza un proceso de decadencia de Alcaraz que contrasta con el apogeo artístico y cultural en el siglo XVI, acometiéndose la construcción de la Plaza Mayor y naciendo Andrés de Vandelvira, Miguel Sabuco, Simón Abril y marchándose a las Indias, Toribio de Alcaraz.
El caso de Alcaraz llama particularmente la atención: cómo una población alejada de los centros tradicionales de la ciencia y la cultura, aparece entre finales del siglo XV y principios del XVII como un foco importantísimo de cultura