Las Alfombras de Alcaraz
En la Sala adjunta a la oficina de turismo de Alcaraz se puede ver un telar y a Trinidad García, maestra artesana, anudando lana entre urdimbres siguiendo la técnica del siglo XV que dió fama a las alfombras alcaraceñas y es que es a partir de esa centuria cuando Alcaraz se convierte, sin duda, en el centro más importante de tejedores de alfombras.
Los primeros diseños correspondientes al XV lógicamente están dominados por los motivos mudéjares, para ir introduciendo otros de clara inspiración gótica, como elementos vegetales y a finales del XVI animales como perros o leones.
Poco a poco, siguiendo la moda renacentista se van introduciendo motivos algo más recargados entre los que destaca la piña. cuando se produce el pleno desarrollo de la industria alfombrera española. De una clara influencia árabe, se va pasando poco a poco a la introducción de motivos decorativos más occidentales.
Curiosamente, la técnica de anudado, en el caso de las alfombras manuales no ha cambiado substancialmente desde hace siglos. Los tres elementos fundamentales son la trama, la urdimbre y el nudo sucesivamente anudado sobre ésta. Sobre los tensados y paralelos hilos que en el telar constituyen la urdimbre, se anudan a mano, pacientemente, nudo a nudo, con los distintos colores que conformarán el dibujo.
El genuino nudo español, desarrollado por aquellos tejedores hispanoárabes se diferencia sustancialmente del llamado turco, en que este abarca dos hilos de la urdimbre, mientras el español anuda sobre un hilo y en la siguiente pasada sobre el de al lado. Podría decirse que queda más tupida y por tanto es más resistente la alfombra tejida con nudo turco, en general.
Por otra parte, los grandes coleccionistas internacionales que aparecen en torno a los años veinte del siglo pasado sacan de España ejemplares de una calidad excepcional y hoy podemos encontrar magníficas alfombras españolas o bien fragmentos de los siglos XIV al XVII en el museo Metropolitan de Nueva York, en el Victorian & Albert de Londres, en el Textil Museum de Washinton o en el Museo Schloss de Berlín, entre otros. Aunque afortunadamente podemos encontrar también ejemplares en museos españoles, fundamentalmente la colección del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid. Colección no muy extensa si tenemos en cuenta la producción de los diferentes centros manufactureros españoles durante varios siglos.